La autonomía personal desde el enfoque ViveLibre

Vivimos rodeados de publicidad. Cuando navegamos por internet, cuando vemos la televisión o simplemente cuando caminamos por la calle, recibimos a diario cientos de impactos publicitarios que, al final, nos parecen todos iguales: llenos de tópicos y, en la gran mayoría de casos, irreales.Uno de ellos es el de la autonomía personal en el sector de la teleasistencia. Todos prometen que mejorará tu autonomía personal pero, ¿significa esto únicamente que serás más autónomo?

La realidad es que es un concepto que tiene más importancia de la que parece. La autonomía personal es uno de los derechos fundamentales para una persona, es el derecho a decidir. Decidir sobre cómo se quiere vivir y de qué manera disponer de los servicios que la sociedad pone a nuestro alcance.

Hoy en día no se entiende el funcionamiento de la persona sin el derecho a decidir acerca de cómo vivir y, «por tanto», el derecho a utilizar y disfrutar de aquello que la sociedad pone a su alcance. Y esto aplica a cualquier persona, con independencia de sus capacidades.

Derecho a decidir y autonomía personal

En este sentido, ante cualquier pérdida de autonomía, seguimos queriendo decidir qué apoyos o ayudas queremos utilizar y cómo utilizarlas. Y ante una falta de autonomía para poder decidir, nos asiste el derecho a que nos ayuden o apoyen conforme a los valores y preferencias mostrados a lo largo de nuestra vida. Hay que saber escuchar a la persona para poder entender cuáles son sus necesidades, sus capacidades y cuál es su situación personal.

Cada vez se hacen más necesarias las soluciones individualizadas y creadas expresamente atendiendo a las capacidades y necesidades de cada persona; soluciones que nos permitan desarrollar nuestro proyecto de vida donde queramos, con quien queramos y de la manera elegida. Por tanto, los apoyos que presta un servicio que pretende promover la autonomía deben estar perfectamente integrados y coordinados con este proyecto de vida y el plan para llevarlo a cabo.

Para lograrlo, el primer paso es siempre “escuchar” a la persona para comprender sus necesidades. Se necesita conocer quién es, cómo es su funcionamiento, cómo es el entorno en el que desarrolla su vida, cuáles son sus apoyos naturales, qué ayuda le brindan estos apoyos y de qué manera, cuáles son sus deseos, prioridades y valores. Con todo esto, se podrá empezar a componer “la solución” para promover SU autonomía personal.

La metodología de ViveLibre

La metodología de ViveLibre se basa precisamente en esto. El usuario es el que tiene el papel principal en la creación de sus apoyos. ViveLibre configura una solución personalizada que se adapte a sus circunstancias y que le apoye de la forma que él considere necesaria para poder conseguir una mayor autonomía personal.

Habrá personas que necesiten que les recordemos la toma de sus tratamientos médicos. Sin embargo, habrá otras personas que lo que necesiten sea que, en un momento dado, nuestros profesionales puedan ayudarles a volver a casa si se despistan en la calle o si les surge algún imprevisto. Como ejemplo de la experiencia ViveLibre, existen varias historias reales.

Como conclusión, podemos decir que cada individuo vive su autonomía personal de forma diferente y necesita apoyos adaptados a sus circunstancias y necesidades. Y para que una solución sea eficaz, tiene que estar basada en las preferencias de cada usuario.

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