Problemas de sueño: consecuencias e importancia
Problemas de sueño: consecuencias e importancia
Se estima que más de la mitad de la población sufre algún problema con el sueño. Aunque sea de manera intermitente, una de cada cinco personas sufre de problemas crónicos de sueño, siendo las alteraciones del sueño una de las quejas más frecuentes que reciben los médicos.
Pero, ¿sabemos lo que es el sueño? ¿Cuáles son las consecuencias de no dormir adecuadamente. Para ser un comportamiento que consume un tercio de nuestras vidas (alrededor de 25 años en la vida promedio), la mayoría de nosotros sabemos poco sobre él.
¿Qué es el sueño?
El sueño es un proceso biológico complejo y altamente regulado. Cuando dormimos, nos encontramos en un estado de inconsciencia en el que las funciones del cerebro y el cuerpo siguen activas.
El sueño se organiza en intervalos cíclicos, de aproximadamente 90 minutos de sueño REM y no REM. Nos dormimos entrando en un sueño no REM, el cual consta de cuatro etapas. Durante este intervalo, la actividad neuronal es escasa, y el metabolismo y la temperatura cerebral están en sus mínimos. La persona dormida pasa después al sueño REM, que es una forma activa de sueño. Casi todo el tono muscular esquelético desaparece y se producen los característicos movimientos oculares rápidos, que dan nombre a esta fase (Rapid Eye Movement). Los seres humanos podemos soñar en ambas fases, aunque las características de estos sueños son diferentes.
Importancia del sueño
Dormimos porque tenemos sueño, de igual manera que comemos cuando tenemos hambre, o bebemos cuando tenemos sed. Pero no dormimos con el único propósito de aliviar la somnolencia. De manera intuitiva, todos pensamos que el dormir resulta reparador para el cuerpo, pero no acabamos de comprender cuáles son los procesos que están siendo reparados. Se han repuesto diferentes funciones como: la restauración del balance de iones, la limpieza de productos de desecho de las reacciones bioquímicas, la conservación de la energía, la termorregulación o la ordenación de recuerdos y consolidación de la memoria.
El sueño es necesario para mantener un correcto estado de salud físico y mental
Cada vez hay más evidencia de que la deficiencia de sueño puede causar intolerancia a la glucosa y contribuir al desarrollo de la diabetes, obesidad y síndrome metabólico. Además puede alterar respuestas inmunitarias, acelerar la aterosclerosis y aumentar el riesgo de enfermedad cardiaca y apoplejía. En ese sentido, un estudio reciente del prestigioso cardiólogo español Valentín Fuster demostró que aquellas personas que dormían menos de seis horas al día tenían hasta un 34 % más de riesgo cardiovascular.
Con estos datos, no resulta extraño que la Academia Nacional de Medicina estadounidense declarase la deficiencia y los trastornos del sueño como un “problema de salud pública no resuelto”.
Consecuencias de las alteraciones del sueño
Las alteraciones del sueño pueden no sólo influir en la salud mental y los procesos neurales, sino que pueden ser un importante factor predictor de numerosas patologías neurodegenerativas, como el Alzhéimer o el Párkinson. Se ha demostrado un mayor riesgo de demencias en personas con trastornos del sueño que en el resto de la población. Concretamente el insomnio aumenta el riesgo de Alzhéimer. Asimismo, existe una estrecha relación entre los problemas de sueño y los problemas del neurodesarrollo como el TDAH y TEA. En esta línea de trabajo, desde el equipo clínico de ATAM se está desarrollando un estudio observacional con el objeto de profundizar en la relación entre los problemas del neurodesarrollo y el sueño en niños.
La monitorización del sueño y el “yo cuantificado” han cobrado gran interés durante los últimos años en la población. Como consecuencia, han proliferado numerosos fabricantes de dispositivos wearables para la monitorización continua de varias variables de salud, incluido el sueño. Estos dispositivos proporcionan una información interesante al usuario final. Pero su verdadero potencial permanece aún sin explotar, en parte por la falta de integración de estos sistemas de manera correcta y fiable. Sin embargo, si fuésemos capaces de integrar toda la información proveniente de diferentes sensores en el hogar, con la medición continua de variables de salud, a través las técnicas de análisis avanzado de datos y big data, se podría no sólo detectar el sueño de las personas de manera más precisa, sino relacionarlo con su estado de salud y predecir con antelación situaciones de deterioro cognitivo, fragilidad o riesgo de dependencia.