Prevenir la desnutrición en personas mayores
Uno de los temas que más preocupación suele causar a los cuidadores de personas mayores es la falta de apetito o el rechazo a los alimentos, lo que puede llevar a la desnutrición. Esta situación puede conducir a un deterioro progresivo, físico y mental que necesita ser tratado.
¿Qué es la desnutrición en las personas mayores?
El cuerpo humano requiere de nutrientes como grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales para obtener energía, fortalecer los músculos, regular las funciones corporales y reparar tejidos.
Si el cuerpo no obtiene suficientes nutrientes con los alimentos que ingiere para funcionar correctamente, hablamos de desnutrición. La desnutrición es una condición que afecta directamente a la salud física y mental pero que además, puede generar debilidad muscular y de masa ósea y un debilitamiento del sistema de defensas del individuo.
Causas de la desnutrición
Hay determinados cambios asociados al envejecimiento como pueden ser los cambios en los gustos en la alimentación o el olfato, que son una de las causas más comunes de un cuadro de desnutrición, si no se previene a tiempo. El Alzheimer u otras demencias, la diabetes, la depresión o las dificultad al tragar, conocida como disfagia, son otras de las razones causantes de la desnutrición. Sin olvidar que, en situaciones extremas, el alcoholismo, el tabaquismo o la toma de cierta medicación por un tiempo prolongado, también pueden provocar un estado de desnutrición.
Cómo afecta la desnutrición a las personas mayores
La desnutrición puede acarrear serios problemas de salud. Desde un aumento del riesgo de infecciones, caídas y fracturas, hasta llegar a una hospitalización por situaciones de gravedad que pueden llegar a poner la vida de los mayores en peligro.
Obviamente, ante la presencia de otras enfermedades y patologías como la diabetes o problemas cardiovasculares, los riesgos de desnutrición se agravan. Las pérdidas importantes de peso generan debilidad muscular, disminución de la masa ósea y, consecuentemente, una gran debilidad del sistema inmunitario. En el aspecto cognitivo, empeoran los problemas de pérdida de memoria y se incrementa la posibilidad de sufrir algún tipo de demencia.
Cómo prevenirla
Los familiares y cuidadores representan un factor clave en la prevención de la desnutrición de los mayores. En primer lugar, hay que prestar mucha atención a determinados síntomas o evidencias que pueden ayudarnos a advertir una situación de desnutrición.
El primer signo de alerta responde a una reducción en la cantidad de alimentos consumidos a diario lo cual conlleva una pérdida de peso. Pero hay otros signos también habituales en un cuadro de desnutrición como la falta de energía y aumento de la fatiga y el cansancio, la deshidratación o la aparición de edemas en las extremidades.
Es necesario cuidar la alimentación y estar pendiente de esos hábitos alimentarios. Las personas mayores que vivan solas probablemente requieran ayuda para planificar menús adecuados, hacer la compra o cocinar. Y sobre todo, brindarle compañía a la hora de comer para evitar la soledad y que recuperen la motivación. Obedecer a unas pautas médicas, llevar un control de la medicación y seguimiento del peso, junto con un programa que estimule la actividad física y mental pueden contribuir a mejorar la situación.
Si quieres conocer algunos consejos para mejorar la alimentación de adultos y mayores, te recomendamos que veas este vídeo de nuestra experta en Nutrición. Atención, planificación y mucho cariño, ayudarán siempre a minimizar los desajustes en la alimentación de los mayores.