Juegos de mesa: el ocio estimula la mente de los mayores
Los tradicionales juegos de mesa (y esas partidas de cartas a las que siempre jugaba tu abuela) son más que eficaces. Estimulan algunas funciones cognitivas de ancianos y previenen su deterioro.
Así lo señala una investigación liderada por la Universidad de Lérida. Concluye que todos estos juegos sociales, antiguos y más modernos también, mejoran la fluidez verbal y, sin duda, benefician el buen mantenimiento de muchas funciones cognitivas.
Los investigadores que han trabajado en centros y residencias diversas de Cantabria, Lérida y Almería, entre otras. En ellas han estudiado a personas sanas mayores de 65 años que acudían a organizaciones de atención a adultos durante 5 semanas. Se han publicado las conclusiones de este estudio en Journal of Geriatric Psychiatry.
Pero no son los únicos. Psicólogos de la Universidad de Edimburgo (UK) publicaron también recientemente un estudio mucho más amplio. En él se afirmaba que aquellos mayores que juegan a cartas, backgammon, ajedrez y todo tipo de juegos de mesa tienen más probabilidades de obtener mejores resultados en pruebas de memoria y otras funcionalidades cognitivas que los que no lo hacen.
Jugar sin parar
Ya sabíamos que trabajar la estrategia de una partida de ajedrez tenía que ser bueno. Pero quizás otros juegos más sencillos y habituales en los cafés y los centros de mayores nos parecían menos importantes. Sin embargo, los expertos han descubierto también un cambio de comportamiento en las personas de edad adulta. Esto se apoya también en la socialización y mantiene la mente en forma.
Algo tan sencillo como hacer crucigramas tiene un impacto positivo en los mayores. Pero los juegos de cartas y todo aquello que precise hacer equipo, supone un estímulo aún mayor.
El estudio escocés testó a casi 1.100 personas alrededor de 70 años. Se repitieron las pruebas de memoria, velocidad de pensamiento y resolución de problemas 9 años después. Se vio que dieron mejores resultados cuanto más habían realizado estas actividades – y desde antes-.
Uno de los investigadores más destacados, Drew Altschul, aseguró que los resultados del estudio son concluyentes. Y, por tanto, “estar más involucrado en actividades que mantengan activo el cerebro puede asociarse con tener mejores habilidades de pensamiento en la edad adulta”.
Desarrollo cognitivo versus sedentarismo
Además de mejorar el lenguaje y la fluidez para expresarse, jugar a este tipo de “juegos” previene el deterioro de las funciones cognitivas de las personas mayores. Y lo hace en base a dos áreas fundamentales.
- Entrenamiento cognitivo y psicomotriz. Muchos de estos juegos precisan del uso de la lógica, estrategia, capacidad de decisión, coordinación y memoria.
- Gestión de emociones y habilidades sociales. Al final, interactuar con otras personas siempre genera emociones, y precisa de una práctica de “conducta social”. Si además, estamos participando en una partida grupal, hay que aprender a gestionar la victoria y la derrota. Todo ello es fundamental para nuestro cerebro y nuestro modo de relacionarnos.
Juegos de mesa: ayer y hoy
Pero más allá de la consabida “brisca” o la partida de “tute”, los mayores hoy incorporan también clásicos como el parchís o el juego de la Oca. Y a todos estos se han sumado juegos modernos como el Fantasma Blitz, Fast Words o la Escalera encantada. Esta segunda generación de juegos de mesa se diferencia de la anterior en muchos aspectos. Se trata de juegos de mesa más complejos. Están diseñados para desarrollar habilidades personales y dependen menos del azar, por lo que uno tiene la posibilidad de entrenarse.
En cualquier caso, ambos estudios destacan el valor extraordinariamente positivo de jugar y entrenar así el cerebro de las personas mayores.
Prevenir el declive cognitivo es ganar en calidad de vida, autonomía y libertad. En definitiva, para todos aquellos que se acerquen a los 70 años o más, nuestro mensaje es que cualquier edad es buena para empezar una buena partida. Así que ¡todos a jugar!