Leer por salud
Abrir las páginas de un libro nos hace la vida mucho más interesante. Además, puede hasta incrementar nuestra esperanza de vida. Esta es una de las conclusiones del un estudio de la Universidad de Yale (EE.UU.) publicado en la revista Social Science & Medicine.
Existen posibles vínculos estudiados entre la lectura y el aumento de la longevidad. Pero parece evidente que los estímulos cognitivos de esta actividad intelectual aportan numerosos beneficios, y son especialmente positivos para mantener y fomentar la salud mental en la llamada “tercera edad”.
El próximo 23 de abril se celebra el Día del Libro. Nos parece una excusa fabulosa para poner en valor las numerosas ventajas de promover la lectura a todas las edades. Especialmente cuando nos hacemos mayores.
Cinco beneficios clave de la lectura
- Mejora la concentración
- Estimula la memoria
- Favorece el sueño
- Proporciona bienestar e incrementa la empatía
- Entretiene, divierte y aleja la soledad
Concentrarse y mejorar la atención es realmente necesario cuando nos hacemos mayores. Ejercitar nuestro cerebro aumenta esta capacidad y potencia la capacidad de observación. Además, facilita la relajación e incrementa las ideas y puntos de vista con los que nos enfrentamos a los problemas.
Leer aporta emociones y estas asientan mejor los recuerdos, estimulando la memoria. Leer diariamente además ejercita las capacidades cognitivas. Por ejemplo, hará que se disponga de un cúmulo de historias, expresiones y vocabulario que estimula la capacidad de recordar.
La lectura no sólo estimula, también nos relaja. Esto destensa nuestros músculos y libera de estrés a nuestro cerebro. Además proporciona un estado ideal para conciliar el sueño, tan necesario en los mayores.
Además, la lectura mejora habilidades sociales como la empatía. Se ha demostrado que leer incrementa la capacidad humana para ponerse en la piel del otro y poder sentir mayor comprensión por los demás. Está probado también que las personas que consumen novelas son más empáticas respecto a los lectores de libros especializados o los no lectores.
Por último, pero no menos importante, leer nos hace entrar en otros mundos y aleja nuestra mente de las preocupaciones. Cuando estas se incrementan al hacernos mayores y nuestra actividad y responsabilidades disminuyen es importante tener la mente entretenida. Leer fomenta la imaginación y la creatividad pero sobre todo nos aporta una profunda sensación de bienestar. Y eso también reduce nuestro nivel de cortisol. Cuerpo y alma convergen en hacernos sentir muy bien.
Leer más y mejor en el día del libro
Por todos estos motivos, tanto psicólogos como neurólogos están de acuerdo en recomendar activamente la lectura a las personas mayores. Siendo un método preventivo del alzhéimer, párkinson y también de otras muchas enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares.
La lectura es un buen hábito en todo momento, pero cobra mayor sentido si cabe, al final de nuestras vidas. Se ha demostrado que quienes leen activamente son capaces de incrementar la conectividad de sus neuronas. Y todo ello nos ayuda a envejecer sanos, independientes y más felices. Además, la literatura nos envuelve en historias que no sólo enseñan, sino que seducen, y eso es siempre una cura para la soledad.
Cuando y qué leer
En las personas de mayor edad se recomienda que den prioridad a la lectura en las primeras horas de la mañana, que son las de más luz. Además, siempre es importante contar con libros con una tipografía clara y grande para no forzar demasiado la vista.
Adaptar la lectura a las capacidades físicas de la persona mayor es también clave. Por ejemplo, el uso de atriles que mejoren la posición, regular la intensidad de la luz o incluso implementar lupas o uso de gafas específicas es importante para que leer no se haga dificultoso.
Elegir un sitio agradable, cómodo y tranquilo es también imprescindible para reforzar esa sensación de bienestar. Y casi tan importante como esto es el hecho de elegir qué leer. Contar con historias variadas, géneros diversos y grandes autores es una clave del éxito. Pero también compartir lo aprendido o descubierto con familiares y amigos y estar abierto a recomendaciones y búsqueda de nuevas experiencias.
¿Qué más podemos pedir en el Día del Libro? ¿Una recomendación? Ahí va la nuestra:
El viejo que leía novelas de amor, de Luis Sepúlveda. Inolvidable.
¡Feliz día y vida lectora!