Cómo mejorar la autoestima de los mayores
Podemos definir la autoestima como la consideración que uno tiene de sí mismo. La autoestima nos ayuda a vernos y sentirnos mejor con nosotros mismos. Esto, sin lugar a duda, influye en nuestro comportamiento.
Las personas mayores en ocasiones, debido a las circunstancias particulares de esta etapa, lo tienen más difícil a la hora de mantener la autoestima alta. La objetividad de observar una merma en la imagen física, el dejar el trabajo y no sentirse productivos, la pérdida de energía que supone no poder llevar el mismo ritmo de vida de siempre, provoca una caída de la propia percepción de sí mismos.
Algunos incluso pueden llegar a sentirse menos útiles hasta pensar que molestan o resultan un estorbo para sus propias familias. Peor aún si no se cuenta con ellas. Y esto puede producir una baja autoestima que, en algunas ocasiones, puede derivar en depresión.
Las familias y aquellas personas cercanas podemos hacer mucho para evitar que esto suceda, y conseguir que nuestros mayores se sientan a gusto consigo mismos.
¿Cómo influimos las familias?
Muchas veces la familia actúa de manera paternalista con los mayores y no les dejan hacer las cosas que a ellos les gustaría. Nosotros preferimos que no las hagan por evitarles que hagan un esfuerzo o se hagan daño. A pesar de que nuestra intención es buena, sin pretenderlo, estamos provocando un sentimiento de inutilidad a la persona mayor. Les hacemos creer que ya no valen, cuando precisamente lo que debemos potenciar son sus capacidades y su autonomía. Es decir, no implantarles nuestros propios miedos.
¿Cómo podemos fomentar la autoestima?
Es fundamental que las personas mayores tengan tareas que realizar, aunque no sean importantes, porque les hace sentirse útiles. Los hábitos y deberes diarios mejoran el estado de ánimo de una persona porque refuerzan la necesidad que se tiene de ellos para llevarlos a cabo. Porque el hecho de sentir que tienen una responsabilidad, que son autónomos, les ayuda a sentirse bien consigo mismos.
Otra de las cosas en las que la familia puede colaborar para subir la autoestima a las personas mayores es respetar sus decisiones. Esto es algo básico. Ellos han envejecido, pero siguen teniendo la capacidad de decidir por ellos mismos, y hay que respetarlo. La familia es clave en este aspecto y debe dejar que estas personas mayores decidan por si mismas, sin condiciones.
Otras actividades que fomenten la autoestima
El ejercicio físico también ayuda y mucho a mantenerse activos y a encontrarse mejor. Esto supone un gran beneficio para su autoestima. Hay que animar a nuestros mayores a salir a la calle, a pasear, a bailar, a hacer deporte, y no estar solo viendo la televisión en el sofá de casa.
El socializar con otras personas también ayuda a mantenerse activos y a sentirse integrados en la sociedad. Por eso, y en la medida de lo posible, acompañarles en alguna de estas actividades resulta motivador y doblemente gratificante.
Y no menos importante es cuidar la imagen personal. El hecho de ser mayor no implica que no haya que cuidarse y verse bien. Cuanto mejor se vea la persona mayor, mejor se sentirá. Nos pasa a todos.
En consecuencia, debemos animar a nuestros mayores a salir a la calle, a hacer ejercicio, que se relacionen con otras personas. Deben seguir cuidando de su imagen, y debemos fomentar su autonomía y respetar sus decisiones. Hay que escuchar, acompañar y respetar. Siguiendo estos sencillos consejos, conseguiremos que nuestros mayores sean más autónomos y cuenten con una autoestima fuerte y gran seguridad. En definitiva, que sean más felices.