Cómo afecta la pérdida auditiva a las relaciones sociales
Los síntomas del envejecimiento no siempre son los mismos para todo el mundo, pero sí hay ciertos síntomas que podemos generalizar. Uno de los más habituales, que todo el mundo asocia con la edad es la pérdida auditiva.
Suele aparecer poco a poco, de manera progresiva y en ocasiones, la persona no se da cuenta hasta que ya es tarde. Por eso es importante detectar los primeros signos. El primer signo que nos puede alertar de que se está produciendo una pérdida de audición es la dificultad para comprender las palabras cuando el ruido de fondo es elevado (por ejemplo, en un restaurante).
Aislamiento social y pérdida auditiva
El no escuchar a los demás implica no poder interactuar con otras personas. Al principio se pueden perder en algunas palabras, pero poco a poco van dejando de escuchar conversaciones enteras y se va produciendo un aislamiento social que a menudo deriva en tristeza y depresión. Incluso, en ciertos entornos, el tener que repetir el mensaje constantemente, o las preguntas que no se llegan a responder pueden resultar molestas o incomprendidas por muchas personas que no sean conocedoras del problema.
Por estos motivos, es necesario detectar a tiempo el problema y poner así los medios necesarios que eviten este aislamiento, que puede generar problemas mayores de distinta índole.
En un primer momento, cuando la persona empieza a no escuchar bien, cree que son los demás los que no hablan lo suficientemente alto. No asumen que el problema pueda ser suyo, sino que tienden a culpar al interlocutor.
Hay que tomar conciencia de que si la pérdida auditiva no se trata y se asume como algo típico de la edad, esta deficiencia puede empeorar hasta el punto de no poder o no querer esforzarse para participar en las conversaciones. Por lo tanto, quedan fuera del mundo que les rodea. No hay que minimizar este aislamiento social porque tienen como consecuencia un aumento del deterioro cognitivo producido por falta de estímulos, que además, acelera el proceso de envejecimiento.
Por ello, tal y como hemos dicho, es importante que la familia detecte a tiempo los primeros síntomas de pérdida de audición y se comprometan a hacer ver al familiar la necesidad de poner una solución a tiempo.
Audífonos, la solución perfecta
Los audífonos son claves para volver a conectar a la persona mayor con el mundo. Proporcionan ayuda al cerebro para procesar la información sonora y mantienen la actividad cognitiva. Escuchar a los demás y participar socialmente, mejora la autoestima y la calidad de vida de la persona con pérdida de audición.
Alguno de los síntomas que pueden alertarnos de que se está perdiendo audición son: en el momento en que la persona deja de participar en las conversaciones, cuando antes sí lo hacía; dificultad para escuchar correctamente cuando le llaman por teléfono, o si habla en un tono demasiado alto. Otro síntoma claro, es cuando la persona tiende a subir el volumen de la televisión más de lo normal o si pide que repitas lo que has dicho constantemente.
Una vez detectado el problema, es importante pedir cita con el otorrino para que pueda valorar la pérdida auditiva y hacer un diagnóstico para buscar la mejor solución posible.
Recuerda que tener una buena salud auditiva es clave para tener una buena calidad de vida. Y el uso de audífonos ayuda a mantener las relaciones, mejora la capacidad de escucha y fomenta una vida lo más normalizada posible. Así las reuniones con gente pasan a ser parte del día a día y no un lugar incómodo por la pérdida de información constante.