Accesibilidad e inclusión: una sociedad para integrarnos a todos
Sin lugar a dudas, la accesibilidad es un elemento que debe tenerse en cuenta en cualquier planificación de movilidad urbana y en cualquier estrategia o diseño funcional dentro del entorno rural. Da igual el lugar en el que nos movamos o residamos. Todos deberíamos apostar por pensar y demandar los modelos que fomenten la integración y faciliten la inclusión de las personas, cualesquiera sean sus características y necesidades.
En este sentido, asociaciones y agrupaciones de todo tipo trabajan para mejorar la vida de las personas con discapacidad y en situación de dependencia. Llevan tiempo reclamando que las estrategias de movilidad urbana tengan en cuenta los conceptos de accesibilidad universal. Se trata de difundir, promover e impulsar buenas prácticas y experiencias de seguridad vial y movilidad sostenible en todos los lugares que pongan en marcha nuevos proyectos. Pero también de tener presente las limitaciones o características específicas de las personas con discapacidad para que puedan integrarse y disfrutar plenamente de los servicios de todo tipo.
Accesibilidad Cognitiva: algunos datos
Por eso, no sólo se trata de diseñar ciudades y edificios sostenibles. Poner en marcha una sociedad accesible para todos va más allá de la discapacidad física o intelectual. Debemos también tener en cuenta las limitaciones cognitivas que tienen muchas personas para poder acceder a lugares claves en todos los ámbitos (sociales, culturales, deportivos…)
No hablamos de cosas extraordinarias. Se trata de hacer efectivo el derecho universal que permite el acceso y disfrute de muchos otros, como son la educación, la salud o el empleo. Y para garantizarlos es imprescindible diseñar espacios con plena accesibilidad cognitiva.
Esto sólo puede realizarse reconociendo específicamente la accesibilidad cognitiva por Ley. Lo que permitiría que se difunda mayoritariamente; que se explique cómo cumplirla y, en definitiva, que pueda evaluarse su grado de desarrollo para exigir su cumplimiento. Porque, además, el mundo debe ser no sólo accesible y disfrutable por todos, sino también seguro. Dar confianza y seguridad son algunos de los elementos y herramientas en las que trabajamos desde hace ya mucho tiempo en ViveLibre para dotar de autonomía y seguridad a las personas.
La accesibilidad cognitiva es mucho más que un concepto. Si le ponemos algunas cifras, resultará mucho más fácil valorar su importancia. Porque este tipo de accesibilidad beneficia en nuestro país a casi 300.000 personas con discapacidad intelectual. Pero, además, ayuda a entender mejor a casi medio millón de personas con problemas de salud mental, o a las más de 8.600.000 personas mayores. A todas ellas pueden sumarse aquellas personas que tienen dificultades de aprendizaje, problemas con la lectura o incluso trastornos autistas. Si buscamos un número más impactante, nos lo da la OMS que asegura que 1 de cada 3 personas en el mundo podrían beneficiarse de esta política que garantice la accesibilidad cognitiva.
Un buen ejemplo: Museo del Prado, el museo accesible
Lo que mejor hace que esta demanda se convierta en una realidad son las buenas prácticas. Sobre todo, si vienen de empresas o instituciones tan importantes como esta. El internacional Museo del Prado ha vuelto a ser pionero al apostar por la accesibilidad y la inclusión al poner en marcha una nueva edición del programa “Prado Inclusivo”.
Este ambicioso programa busca acercar la cultura -y en concreto la pintura- a todos los colectivos. Así, personas con necesidades educativas especiales, diversidad funcional intelectual y psíquica, mayores, dependientes o personas con deterioro cognitivo son los principales beneficiados.
Tres proyectos inclusivos
De este modo, talleres como «Invencibles en El Prado» está dirigido a colectivos que a priori pueden encontrar más barreras para acceder a la cultura, como es el caso de las personas con daño cerebral adquirido o población en situación de vulnerabilidad social. El objetivo es fomentar el diálogo e invitar a reflexionar sobre terrenos como la resiliencia a través de la vida de los protagonistas de las obras pictóricas.
Otra de las experiencias accesibles cognitivamente para todos es la atractiva “Los sabores del Prado”. Esta actividad está recomendada para personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) y destinada también para personas migrantes o refugiadas. Aquí el foco está puesto en la comida. Además de ahondar en su valor técnico y estético este viaje a los “bodegones” del museo, permite a los participantes observar alimentos y utensilios de cocina. También adentrarnos en las tradiciones, costumbres y valores que configuran la gastronomía y los rituales sociales vinculados con la comida en distintos ámbitos temporales, geográficos y culturales.
Para luchar contra los estereotipos de género, el arte siempre ha jugado un papel importante. Este es el punto de partida de «Sui géneris. Arte, publicidad y estereotipos». Muestra diferentes obras de la colección del Prado en las que pueden detectarse muchos de estos estereotipos y de las costumbres y avances del momento. Explora a través de obras de la colección del museo el modo en el que el arte ha tratado estereotipos de género, como los de mujeres objeto, madres y esposas, o los de hombres fuertes, poderosos y cultivados. Está destinado a la difusión para centros ocupacionales, colegios de educación especial y centros de rehabilitación psicosocial.
En definitiva, realizar actividades y experiencias que permitan combinar educación, accesibilidad y tecnología se convierte en una herramienta fundamental para impulsar el acceso a la cultura a todos, sin importar las limitaciones que tenga. Eso es crear espacios inclusivos y participativos que nos integren a todos.