Tecnología para todos: términos digitales para este milenio
Es evidente que los avances tecnológicos son imparables y marchan a una velocidad tan frenética que los jóvenes que actualmente están estudiando la ESO trabajarán en profesiones que todavía no se han inventado. Para los que ya pasamos hace mucho tiempo esa época y llevamos años trabajando en profesiones que “sí se habían inventado”, nos ha tocado ir adaptándonos a los cambios que la tecnología nos ha ido imponiendo.
Este escenario de cambio constante exige un lenguaje nuevo al que, queramos o no, debemos adaptarnos. Dentro de él, los neologismos, anglicismos, siglas y acrónimos, sin ser nuevos, ya que llevamos conviviendo con ellos mucho tiempo, han desembarcado en el mundo tecnológico formando parte del lenguaje habitual.
IA (inteligencia artificial), IOT (internet de las cosas), NFT, blockchain, geolocalización, metaverso o realidad virtual, son palabras que todos oímos habitualmente y que algunas veces no sabemos exactamente qué significan. Vamos a intentar acercar el significado de algunas de ellas de una forma “entendible” o como dicen ahora “para dummies”, que parece que queda mucho más “trendy”.
- Actualmente es la palabra estrella, la más común y habitual ya que la mayoría tenemos uno, su significado es “teléfono inteligente”. Antes los inteligentes éramos nosotros, nos acordábamos de los números de teléfono, de las direcciones y datos de importancia, hasta de la lista de la compra. Pero hemos cedido esa responsabilidad a nuestros teléfonos y les hemos convertido en “smart” a consta de “desmemoriarnos” nosotros.
- IA: Inteligencia Artificial. Es la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planificar. Permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin específico. Es capaz de adaptar su comportamiento, analizar los efectos de acciones previas y de trabajar de manera autónoma. Tiene aplicaciones tan cercanas a nosotros como las búsquedas en internet o el análisis de grandes cantidades de datos sobre la salud que podrían llevar a nuevos descubrimientos en la medicina y mejoras en los diagnósticos individuales.
- Algoritmo: La respuesta corta es un conjunto de instrucciones para resolver un problema de manera automática. Los algoritmos se utilizan en numerosos campos de estudio y aplicaciones. Así, desde la detección de enfermedades a controlar vuelos o las cuentas bancarias además de elegir qué publicaciones nos muestra en las redes sociales.
- Big Data. Es la recopilación masiva de información que se combina y estudia para dar respuestas a problemas muy específicos. Se puede utilizar en todos los ámbitos y en el de la salud esta información puede ayudar a curar y a prevenir.
- Es el conjunto de los dispositivos electrónicos inteligentes incorporados a la vestimenta o usados corporalmente, como implantes o accesorios, que pueden actuar como extensión del cuerpo o mente del usuario y cuyo objetivo es monitorizar determinados parámetros relacionados, en su mayoría, con la salud. El ejemplo más cercano es el de las pulseras de actividad o los smartwatchs.
- Machine learning. El famoso aprendizaje automático es una rama de la inteligencia artificial que dota a las máquinas de la habilidad de aprender a partir del análisis de datos con el fin de identificar patrones y apoyar en la toma decisiones con la mínima intervención humana. Esta tecnología está presente en un sinfín de aplicaciones como las recomendaciones de las plataformas Netflix o Spotify, las respuestas inteligentes de Gmail o el habla de Siri y Alexa.
- Geolocalización. Es un servicio de localización de personas muy sencillo y fiable gracias a la señal GPS de los teléfonos móviles que utilizamos. Esta señal nos da la posición real de la persona en cada momento del día. Es tan preciso que es capaz de ubicar una dirección de forma exacta. En ViveLibre lo utilizamos para que tanto la Unidad de Apoyo como el familiar pueda localizar al usuario en caso de que fuera necesario.
- Realidad Virtual. Es el conjunto de técnicas informáticas que permiten crear imágenes y espacios simulados en los que una persona mediante un dispositivo visual tiene la sensación de estar y poder desenvolverse dentro de ellos. No es una tecnología nueva, los primeros coqueteos con la Realidad Virtual se remontan dos siglos atrás. Desde sus inicios se ha utilizado y experimentado con ella en entrenamiento militar y con el tiempo en simuladores de vuelo y en consolas de juego a modo de entretenimiento. Incluso se ha intentado implantar en el cine, con desigual fortuna en los diferentes campos.
- Realidad aumentada. A diferencia de la realidad virtual en la que el escenario generado está en un espacio virtual, como unas gafas opacas de realidad virtual, la realidad aumentada agrega elementos artificiales en un escenario real. Esta tecnología combina los elementos físicos del entorno de forma interactiva. Desde simulaciones anatómicas para aprendizaje médico a la proyección sobre el propio paciente de pruebas radiológicas o reconstrucciones de tejidos en 3D que dotan a los médicos de información adicional en tiempo real, incluso durante una cirugía.
- También llamado cadena de bloques. Es una tecnología compleja, difícil de explicar y de entender, sobre todo si no tenemos conocimientos técnicos. Es la tecnología que sustenta las criptomonedas, como el bitcoin. Esta tecnología funciona como una gran base de datos descentralizada, segura y encriptada que permite el almacenaje, protección y trazabilidad de datos. Se puede utilizan para almacenar registros de todo tipo y en el campo de la salud, una contribución muy importante sería el historial clínico único y controlado por el propio paciente. A corto plazo tendrá una gran importancia en nuestra sociedad.
- Es la quinta generación de tecnologías y estándares de comunicación inalámbrica. Esto quiere decir, el internet que utilizan los dispositivos móviles para conectarse a la red desde cualquier punto del planeta. La principal característica del 5G es que aumenta significativamente la capacidad de transferencia de datos, alcanzando velocidades entre 10 y 20 veces superiores a las actuales. Nos permitirá realizar mucho más rápido multitud de las actividades que hacemos a diario desde nuestros dispositivos móviles.
- Su traducción sería “internet de las cosas” y podemos definirlo como una tecnología que permite que, dispositivos cotidianos como relojes, electrodomésticos, vehículos o incluso prendas de vestir, tengan la capacidad de registrar datos y enviar esos datos permanentemente. Abre la puerta a un sinfín de aplicaciones y gracias a esta tecnología, el desarrollo de wearables relacionados con el cuidado sanitario ha sufrido un desarrollo exponencial en los últimos años. Existen desde relojes y pulseras inteligentes que monitorizan el ritmo cardiaco, los niveles de glucosa, la presión arterial, la actividad, el consumo de calorías o el sueño de las personas, hasta ropa inteligente o sensores adheridos al cuerpo.
- Para finalizar, hablaremos de los entornos de moda, los “metaversos”. Son entornos inmersivos donde los humanos interactúan e intercambian experiencias virtuales mediante uso de avatares, a través de un soporte lógico en un ciberespacio, el cual actúa como una metáfora del mundo real, pero sin tener sus limitaciones. Se concibe como un ecosistema que conectará la multitud de aplicaciones y servicios que se integran en él. Esta evolución de internet hacia un multiverso digital de posibilidades infinitas va a cambiar completamente nuestra forma de trabajar, socializar, consumir y aprender. Está aún en sus inicios, pero es fácil visualizar una versión futura de internet con una evolución que se prevé rápida y diversa.
Todas ellas no son más que meras palabras que suenan modernas en su versión inglesa y que se adhieren connotaciones de innovación. Pero la verdad es que ya hoy son realidades tangibles en nuestro día a día. Casi sin darnos cuanta las utilizamos (y nos utilizan) y, como bien nos enseñó Darwin, nos tendremos que adaptar a ellas y a sus realidades si queremos sobrevivir en este entorno cada vez más tecnológico y digital.
El futuro ya está aquí.