Cómo comunicarme con las personas con discapacidad
Casi todos hemos tenido que interactuar de una u otra manera con personas con distinto tipo de discapacidad en nuestra vida. Y en muchas ocasiones no hemos tenido muy claro cómo hacerlo. Es habitual el hecho de intentar acercarnos a estas personas con una actitud de excesiva ayuda (muchas veces no pedida). Estas acciones pueden ser además recibidas de manera negativa por las personas con discapacidad y, en el mejor de los casos, no impulsan su autonomía.
En otras ocasiones, se subestima su capacidad de libertad e independencia y se les excluye de la toma de decisiones o no se tiene en cuenta su opinión, lo que es más grave. Por eso, es importante tener claro cómo relacionarse delante de una persona con discapacidad.
Lo fundamental es algo muy básico: el trato debe ser igual al resto de personas pero hay que atender o adecuarse a las necesidades de apoyo que sí pueda necesitar por las características personales.
Las diferencias individuales de cada persona y su nivel de autonomía hacen que cada una tenga niveles diferentes de funcionamiento, aunque tengan el mismo tipo de discapacidad. Y el entorno y las ayudas que reciba también enmarcarán los apoyos que precisen.
Discapacidad auditiva: cómo hablar cuando no te escuchan
Lo más normal es que la persona sepa leer los labios, con lo cual hay que ponerse de frente a la persona con discapacidad auditiva. Hay que evitar el contraluz para que pueda verte bien los labios, y hablar pausadamente de forma clara y con frases cortas, sin exagerar los movimientos de la cara. Puedes ayudarte con gestos.
En el caso de que haya que informar sobre alguna dirección larga o algún nombre propio difícil de entender, se le puede preguntar si prefiere que se lo des por escrito.
Recuerda no ponerte las manos delante de la cara cuando estés hablando con ella.
Discapacidad visual: hablar sin mirar
Si te encuentras con una persona con discapacidad visual que crees que puede necesitar ayuda, siempre debes ofrecerla. Pero no dejes de observar previamente si verdaderamente lo necesita o se desenvuelve sin problemas. Por ejemplo, si necesita bajar las escaleras del metro, seguro que va a agradecer tu ayuda. Pero si rechaza tu ofrecimiento, no te lo tomes como un desplante, eso quiere decir que prefiere hacer las cosas por sí mismo, nada más.
La mejor manera de ayudar a una persona con discapacidad visual que sí te pide ayuda, o que acepta la que le ofreces, es dejar que se agarre de tu brazo, no cogerle del suyo. Deberás andar a un ritmo normal, pero a un paso por delante de ella, y tendrás que indicarle si hay escaleras (sobre todo el primer escalón y el último).
Muchas personas tienden a elevar la voz cuando hablan con una persona con discapacidad visual. ¡No lo hagas! te escuchan perfectamente si les hablas en un tono normal.
Discapacidad física
Ante una persona con discapacidad física lo fundamental es que te comportes con naturalidad. Si observas que tiene dificultad para coger algo que está alto o para abrir una puerta, puedes ofrecerte a prestarle esa ayuda.
Si ves que es capaz de realizar cualquier otra cosa por sí mismo, no le ofrezcas ayuda, deja que lo haga solo. Hay que evitar siempre el paternalismo innecesario.
Otro aspecto que conviene tener en cuenta es que debemos dirigirnos a la persona con discapacidad, no a su acompañante. Él o ella son siempre los protagonistas de sus decisiones.
Discapacidad intelectual
Recuerda no infantilizar el trato con las personas con discapacidad intelectual. Hay que tratarlas según su edad, pero adaptándonos a su capacidad.
Háblales de forma clara con lenguaje sencillo, y escucha, sea cual sea su nivel de comunicación. Puede que responda de forma lenta, por lo que deberás darle tiempo para que termine.
Evita prestar apoyo en todas las circunstancias. Hay que fomentar su autonomía e independencia.
Trastorno del Espectro Autista
Las personas con TEA tienen dificultades a la hora de comunicarse y de relacionarse con los demás. Ellos se relacionan de otra manera.
Puedes interesarte por los temas que le gustan, pregúntale y conversar sobre ellos.
No utilices frases hechas, ironías o sarcasmos, ya que no las entienden, y las interpretan erróneamente, y utiliza frases cortas. La utilización de pictogramas ayuda mucho en la comunicación y comprensión.
Si le explicas previamente lo que vas a hacer, serán capaces de entenderte y sabrán cómo tienen que comportarse. Anticiparles lo que viene, les beneficia mucho.
Ten en cuenta, que algunas personas con TEA, no miran a la cara cuando te hablan, pero eso no quiere decir que no te estén escuchando.
En conclusión, podemos decir que a las personas con discapacidad hay que tratarlas igual que a una persona sin discapacidad pero con pequeños matices adaptados siempre a sus necesidades, y no olvidarse de preguntar si necesitan ayuda, porque jamás hay que darlo por hecho.